jueves, 30 de junio de 2011

Carteles y mensajitos 006



Hay carteles que por su punto retro son maravillosos, éste es uno de ellos, desde luego, el mensaje, claro, lo que se dice claro, queda muy claro. Es evidente que primero pusieron la palabra "silencio" y luego el dibujo de una cabeza de perfil que más parece un jeroglífico de alguien que no se chupa el dedo, después decidieron poner el horario al darse cuenta que todo el día callada la gente era mucho pedir, y colocaron de 24 a 830 Hs. que uno se imagina que serán horas. Debajo añadieron lo de "porfavor" en una tipografía difícilmente clasificable.
Encontrado en Llanes

miércoles, 29 de junio de 2011

Timbre 012



012/ Timbres de gimnasio: desde luego, sino entrenas no te puedes poner cuadrado, y eso es lo que les ha pasado a estos timbres, sus formas rectas, de duro plástico contrastan con las formas amables de otros timbres, y es que aunque ellos nacieron para resistir los más duros envites del tiempo, fueron criados en polígonos y naves industriales, cuando les ponen en una casa, saben estar y aguantar como el que más. Los cables, cada uno por su lado, unos entran por arriba y otros por abajo, pero todos a su libre albedrío. Sobre la pared desconchada y sucia, los timbres parecen de broma, da miedo pulsarlos por si te sale un chorro de agua o el dedo se pincha con una chincheta y es que sus pulsadores parecen un poco de broma. Así que ya lo sabéis cuando paséis por delante de estos timbres, cuadraros.

martes, 28 de junio de 2011

Dibujo by Goñi 011



Hacía mucho que no subía un dibujo y hoy tocaba. Corría mi primer año de Universidad, mis primeros contactos con ese ambiente, mis primeros profesores en aulas magnas y grandes, y como no, mis primeros dibujos de aquella etapa. Este profesor era José Miguel Oltra, recuerdo que nos daba Literatura I, y era incansable encendiéndose cigarrillos. Mientras argumentaba literariamente las novelas de caballerías sobre el mismo folio que tomaba apuntes, con un carboncillo que llevaba siempre, sus rasgos y gestos brotaban sobre el mismo papel que por suerte no tiré y os puedo enseñar ahora.

lunes, 27 de junio de 2011

La ciudad a vista de bici



Por mi cumpleaños y apoyada en una conspiración judeo-masónica con Mr. Kalavias, mi mujer me regaló mientras volvía del hospital con una cesárea reciente una bicicleta, mi primera impresión fue de pavor y terror, hacía que no me montaba en una bici más de veinte años y sentía los mismos nervios que tiene un niño cuando le regalan la primera bici. La bici es estilo retro o vintage, por lo que va bastante con mi personalidad y además es negra, con lo que ambos vamos conjuntados. Después de romper la primera fase crítica de estupor, el primer fin de semana estuve dando vueltas a mi urbanización como un niño tonto para ver si tenía piernas para aguantar más de un minuto sobre algo que tiene dos ruedas, la experiencia no fue mala. El miércoles me harte de valor y me fui al curro en bici (el lunes y martes necesitaba ir en coche por cuestión de médicos y revisiones), marché por el mismo camino que hago en coche, pero aunque lo hice con tranquilidad es cierto que hay que ir con precaución y tener cuidado en los cruces. Mr. Kalavias y mis compañeros de oficina alucinaron al verme llegar en bici casi tanto como cuando el hombre pisó la luna. Mr. Kalavias me indicó otro recorrido para llegar a la oficina que es el que hice al día siguiente y que verdaderamente es una maravilla, unos 4 kilómetros de ida y 4 de vuelta rodeando ríos, árboles, naturaleza, la nueva arquitectura de la ciudad, parques y sin cruzarme con un sólo coche, os lo cuento:


Salgo desde mi casa por debajo del puente que conduce al barrio de Santa Isabel, tomando la ribera del Gállego con dirección al Ebro. Se cruza un puente de madera y se toma toda la ribera en todo un camino que sorteas hojas de árboles y pájaros que se van cruzando por tu camino.


Llegas al Ebro y tomas hacia la derecha camino hacia los puentes. No penséis que no voy por el carril bici, lo que pasa que ir en movimiento y tirar fotos con la cámara, dada la poca experiencia que tengo en bici me costó algún susto que otro, y por supuesto salidas de carril, por suerte mi camino no está muy transitado.


Vas pasando los puentes y en el ambiente un olor a plena naturaleza se va percibiendo con sutil naturalidad, te impregnas de olor a hierba a cortada y con la humedad mañanera del río en estos días calurosos de junio.


Se cruza el Ebro por el puente del azud, puente que por supuesto ni había pasado nunca, ni había estado tan cerca de él como estos días.


Desde el puente unas vistas maravillosas del Ebro y sus puentes, a un lado los otros puentes nuevos de la ciudad parece que fabrican un puente diurno por el que el río se introduce.


Al otro lado, el Pilar y los puentes de siempre, por el de las Fuentes estaría pasando yo con el coche y me estaría perdiendo todo este viaje lleno de naturaleza y salud.


Siempre en todo momento no se abandona el carril bici, de aquí se continúa por Echegaray y Caballero, para tomar la derecha y por un camino que se introduce por debajo del polideportivo Alberto Maestro enlazas con el Parque Bruil y tras unas pocas pedaladas ya te encuentras en la oficina, sin haber cruzado un solo coche de motor de gasolina o diésel, lo que se agradece bastante por mis pulmones.


A las 3 de vuelta se toma de nuevo el mismo camino al revés, un buen rato por Echegaray y Caballero hasta que se toma el puente del azud y se siguen las riberas del Ebro y del Gállego.


Este es el puente que hay que cruzar de pasarela de madera sobre el Gállego, en el que todas las veces que me ha tocado pasar me he tenido que cruzar con una bici, y a pesar de que yo creía que no sería capaz de hacerlo sin dejar la dentadura en la pasarela de momento no ha habido ningún incidente ni mío ni del desafortunado que le tocaba en ese momento compartir puente conmigo.


Y tras unas cuantas pedaladas más ya casi estoy en casa, este último trozo es el camino peor ya que es como de gravilla, pero se puede aguantar ya que es tan sólo unos pocos metros, detrás de los árboles de la izquierda está el puente de Montañana. Y así lo voy a intentar hacer todos los días que pueda y que no necesite el coche para hacer otras gestiones. Una nueva vida empieza un poquito más sana y sobre dos ruedas.

viernes, 24 de junio de 2011

Fuego en la noche



El sol se convierte en fuego antes de resguardarse en una noche, la más corta, donde la llama sigue teniendo presencia. En la noche de San Juan el amarillo, naranja y rojo todo lo tiñe. El cielo se deja mecer por el viento que aviva las brasas y mece las hojas, es en ese tránsito cuando el tiempo se para, cuando todo se dibuja en cámara lenta, cuando la naturaleza nos ha preparado un escenario idílico para sentir y soñar en la noche en la que la oscuridad es más breve, nunca tan breve como estos segundos en los que el sol dice adiós hasta otro día, donde el sol nos abandona pero por poquito tiempo. Cierro los ojos y sueño, pido un deseo mientras el viento sigue refrescando mi cara, por pedir que no quede, está a punto de llegar una noche mágica, una noche diferente aunque igual de oscura.


Mientras el sol ya decide dejarnos, en nuestro jardín la hoguera de la barbacoa sigue viva, reemplaza al sol y tuesta y socarra una longaniza de Graus y un par de chuletones de buey que adornan la parrilla dándole un aspecto magnífico. La noche le ganó al sol una batalla que durará menos que ningún día, mientras el fuego se avivaba por el viento que rugía sobre las brasas y al coro respondían las madreselvas y las hiedras. La noche no sé como será pero el día ya está siendo mágico.

jueves, 23 de junio de 2011

Gemelas y encerradas



Separadas por una cañería que lanza el agua en el medio de la calle, una con una puerta más grande que otra, o al menos el marco más amplio, la misma con el garaje más azul y también más grande, pero ambas dos cerradas a cal y canto, una con ladrillo naranja y la otra con cemento, sin poder salir, sin poder mirar, en dos balcones que han dejado de ser balcón. Casco viejo de Vitoria-Gasteiz.

Otro punto de vista



Mira hacia arriba, si quieres lo puedes ver todo distinto, la calle y la ciudad se convierten en una boca con dientes de colores que todo lo engullen, pero cuida no te caiga agua de la maceta que te despertarás.

En la desembocadura



Cuando salgo a pasear disfruto como un niño con zapatos nuevos, me quedo contemplando la naturaleza como si no la hubiera visto nunca, me sorprende hasta el árbol más vulgar vestido con sus verdes más verdes, y hasta una rama caída me parece que no es fruto de la casualidad.


Justo enfrente de mi casa y sin saberlo, teníamos delante un bonito paseo que concluye en la desembocadura, y el origen es siempre desconocido.


Por las tapias las rosas y las flores pugnan por llegar al cielo, y mientras en su camino, izan sus cuellos al sol mostrando sus mejores colores.


El cielo mientras ruge levanta nubes de nubes que tapan un azul brillante que se convierte en un bonito telón de fondo en el transcurso de la caminata.


Al final, el sol comienza a ocultarse, refugiado entre las ramas y guarecido por las hojas, después del paseo me siento nuevo y mejor, aunque mis pies no piensen lo mismo.

Para que digan de los pintxos



"…Y que digan lo que quieran" dicen en este café-bar de Vitoria-Gateiz, y dicen que digan por poner los pintxos a 1 euro, un sitio donde se come bastante bien, por cierto. Los tiempos han cambiado y la crisis ha podido con muchos bolsillos, y de tomar un pintxo a tomar cinco, pasa por lo que me puedan costar. Hacía ya unos años que otro bar cercano en la C/ Dato había empezado con esta estrategia de pintxo-marketing, y todos los de alrededor se reían un poco de como tiraba los precios, eran los buenos tiempos, donde todo se pagaba a cualquier precio, ahora, todo eso ya no vale, pero al menos, se contagia la humildad y las ganas de trabajar de unos a otros, que cunda el ejemplo.


Digan lo que digan, I love pintxo a 1 euro.

De puertas y ventanas



Siempre me han asombrado como son las fachadas de algunas casas, igual paseas por una calle todos los días y nunca te fijas, hasta que un día gracias a una llamada de móvil, levantas la cabeza hacia arriba y miras lo que tienes enfrente y te sorprende, pestañeas, y vuelves a mirar, ciertamente es real lo que observas, sobre la fachada 9 ventanas, algunas de la misma madre pero de padres desconocidos y direfentes, 3 balcones de más a menos con diferente reparto de vidrieras, una puerta de hoja asimétrica y otra puerta que ya no existe.

Nada parece que encaja en el puzzle, hasta la calle que se inclina parece que lo hace adrede para incordiar. Los del primero grises de cristal con toques de azul, los del segundo dan en el blanco, y los del tercero, echan la persiana y tapian un cristal. La casa me mira y yo miro a la casa, pero no sé cual de los dos estamos peor. La casa irregular está en Vitoria-Gasteiz.

miércoles, 22 de junio de 2011

Molotov con poca gasolina



Este pasado domingo tocaban los Molotov de nuevo en Zaragoza, y digo de nuevo ya que tuve la ocasión de asistir a su primer concierto aquí, que también fue en la Oasis, con su primer disco todavía calentito y sin estrenar apenas las estanterías de Linacero en Zaragoza, fue en 1997 (creo) y recuerdo que era primavera, aunque aquella noche se calentó mucho el ambiente en toda la ciudad.


Aquel disco de debut de la banda, ¿Dónde jugarán las niñas? se mostraba brutal en esencia, brutal en la imagen, provocadora y al límite al sacar a una joven con la ropa que se lleva en el sistema de educación público de nivel secundario en méxico, es decir, una joven de 12 ó 15 años; y brutal en su sonido, fuertes guitarras con cambios de ritmo, voces acompasadas o gritonas a lo Red Hot Chili Peppers o Rage Against the Machine. "Voto latino", "Gimme tha power" o "Puto" se erigían como himnos, entre otras grandes canciones como "Quítate que masturbas (Perra arrabalera)", "Cerdo" o "Chinga tu madre", se convirtieron en las canciones que sonaban una y otra vez en la oficina que tenía en la Plaza España, recuerdo como Javier Pina y yo, cantábamos a grito "pelao" y con la música a tope el estribillo de "Puto".


Y sin casi saborear bien el disco vinieron a tocar ese mismo año, en el 1997, para el gran público un todavía desconocido grupo mexicano, Toño me consiguió entradas para la Oasis, y pronto me di cuenta que no era el único que había disfrutado con sus píldoras de gasolina que contenía el cd, la sala estaba llena, cuando el ambiente se volvió oscuro y con una cerveza en la mano se esperaba el comienzo inmediato del concierto, sucedió algo al comienzo de la primera nota, de repente y como en una coreografía ensayada, todos, y digo todos, los que estaban en el concierto se pusieron a saltar hacia arriba acompasadamente, con los dos pies a la vez, como si fuera una danza masai, los saltos siempre igual e imparables se sincronizaban con la música y así duraron hasta la última de sus canciones. Al principio, Ana y yo, nos sumamos a la fiesta pero poco a poco nos tuvimos que retirar hacia la barra para intentar que no nos aplastase nadie los pies y poder ver mejor el concierto. Lo recuerdo con muchísima energía y de tanta potencia que durante muchos años fue uno de mis discos de cabecera.


Posteriormente seguí su trayectoria pero ya no volví a vibrar con ellos como con el primer disco, sus críticas y dobles sentidos nunca volvieron a estar tan bien expresados como en el primer disco, su mezcla de rap hispano con rock en el que cualquier integrante canta, jamás, por desgracia, han estado al nivel de su primer disco. En este concierto pasado después de 14 años en el que presentaban su disco "Desde Rusia con amor" se esperaba el mismo impacto y energía elevada a la máxima potencia con sus canciones poniendo el dedo en llaga de la sociedad, pero por las críticas que he leído Molotov carece de enganche si no recurre a las canciones de aquel ¿Dónde jugarán las niñas? En la Sala Oasis todavía perduraban las psicofonías de "Chinga a tu madre" para compensar el paso del tiempo, de un concierto hace muchos años que me será muy difícil olvidar.


martes, 21 de junio de 2011

Los políticos y el efecto Gollum



Ahora que se cierran las composiciones de ayuntamientos y gobiernos autonómicos, y con los ecos todavía de mítines políticos en los que se abanderaban posturas de no pactos, y de exultante moralidad política, se comprueba la farsa que son las elecciones. El efecto Gollum, "miii ssiiilllóóóónnnnn", "mii essccaaaaññoo", invade a nuestros políticos, ya se han olvidado de sus programas y de sus alocuciones políticas, "donde dije digo, digo Diego", donde dije no pactaré con… ahora pacto y nos damos la mano, donde dije no gobernarán los del…, ahora me abstengo y gobiernan, donde dije me voy a cargar todas las comarcas de Aragón, ahora me alío con los que van a potenciar a más las comarcas de Aragón. ¿Para qué quieren nuestro voto? ¿Mentir justifica un voto? ¿Si no cumplen lo dicho, porqué no podemos pedirles responsabilidades? ¿Es lícito engañar a la gente? Mientras los indignados salen a la calle, los políticos nos indignan más y más, nadie puede pedirles responsabilidad por engañarnos tan rastreramente a pocos días de haber estado llorando por nuestros votos. El efecto Gollum les lleva a ser perversos y malignos y aliarse con el diablo para conseguir su parcela de poder, olvidándose pronto de donde emana el mismo.


Y no, no es una cuestión de diálogo y de pactar, es una cuestión de no engañar, nadie puede salir elegido abanderando un programa por el que le votan, en cosas de sí o no, para luego unirse con el que defiende lo contrario y ya no existir, ni el programa, ni los votantes. Cómo no nos vamos a indignar cuando elección tras elección hacen lo que quieren con nuestro voto, bajo el pretexto de mayoría de izquierdas se realizan uniones que han demostrado su ineficacia, se les olvida a los partidos que no votamos ideologías, no votamos derecha o izquierda (aunque todos digan estar en el centro), votamos a unas siglas y a un programa, que ojalá detrás tuvieran una ideología concreta, o al menos a eso creemos que votamos, para que luego se fusionen y dispongan a su antojo para asegurarse perpetuarse en el sillón el Gollum de turno. Ahora parece que sólo se puede gobernar con mayorías, asumiendo en los pactos lo bueno y lo malo, ¿por qué no nos preguntan a los votantes, después de que sabemos lo que hacen con nuestro voto, qué votaríamos? me parece que Gollum no saldría en la siguiente entrega.


Por cierto, no os perdáis el negocio que tiene debajo de su sede el PP de Zaragoza, el Sexy-shop Verónica, ¿será lo que llaman la erótica del poder?

lunes, 20 de junio de 2011

Recuerdos en el alto



Cuando eres pequeño (o no tanto) y tus padres te llevaban, en las vacaciones estivales, a sus pueblos de origen para que revivieras sus fiestas patronales, hay un poco de que a ese niño lo manosee y besuquee la familia, y un mucho de no perder el pasado de los padres que ese niño urbanita desconoce. Recuerdo los ojos con los que miraba esas casas hace más de 30 años, sus puertas de madera, desencajada en algunos casos o casas, repintada y vuelta a pintar de un marrón brillo que hacía desaparecer cada vez que se pintaba, un poco más al timbre, que iba ganando un color marrón por los laterales que lo afinaba cada vez más. Las paredes de dentro eran de colores verde claro o blancas con grietas que parecían los ríos que nos tocaba estudiar y dibujar sobre los mapas, en los marcos de las puertas interruptores de ruleta para encender unas bombillas de 125 vatios, que apenas iluminaban el día a día, clavos sobre los que colgaban las cosas más insospechadas y un ambiente que marcaba otra vida.

Pero si había algo que me sobrecogía y me sigue intimidando era subir al alto (el ático le llamamos en la ciudad), la puerta que permitía su acceso separaba dos realidades, y rugía delatando al que la osaba atravesar, ver las escaleras empinadas y hechas de manera casera sobre las paredes de adobe te llevaba al mundo de lo desconocido, subías cuando nadie te creía ahí y las escaleras de madera ponían melodía sonora a cada paso infantil que hurgaba en el pasado, apenas mi pequeña cabeza asomaba por la línea que delimitaba el suelo, un horizonte de pasado y de historias se dibujaba al mirar libros viejos, herramientas oxidadas de las que desconocía su uso, cabeceros de cama que podrían contar muchas alegrías y muchos llantos, comida colgada a favor del viento, cajas de madera cubiertas de telaraña y polvo que refugiaban en su interior mil y un misterios, maletas viejas de bandas y correas de cuero, colchones de lana enrollados como un fardo, cananas de escopeta con algún cartucho vacío delatando su uso, y tantas, tantas cosas desconocidas que en mi mente trazaban el relato de sus hechos que mi imaginación recreaba pensando las historias del por qué de cada cosa.

Mi infantil cuerpo se mostraba nervioso de excitación, tan nervioso que me entraban unas ganas terribles de mear, a las que me quería negar por seguir disfrutando de ese momento tan íntimo entre el pasado y yo, pero era inútil, pese a que apretaba mis rodillas se disparaba la señal de emergencia y tenía que emprender camino de regreso precipitadamente sobre las mismas escaleras que hacia abajo parecían todavía más grandes y mucho más ruidosas, para bajar por otras escaleras y llegar al baño y satisfacer tan perentoria necesidad. Después intentaba volver de nuevo a mi lugar secreto pero cuando apenas había iniciado el retorno, una voz de madre me preguntaba qué estaba haciendo por arriba, a lo que contestaba "nada, mamá, nada" y deshacía mis pasos soñando en poder volver pronto a los recuerdos del alto.

viernes, 17 de junio de 2011

Ya no te cambio



La sensación de un parto es algo muy curioso, bajas con tu mujer por un ascensor estrecho ocupado plenamente por la cama que ocupa ella y mientras llegas a los quirófanos sabes que por más que quieras no la puedes reemplazar en este momento, bajo su tripa un ser deseando salir, sin cara, sin gesto, sin mirada, sin nada que me diga "esta es mi niña". En el quirófano las sensaciones no cambian mucho, al ser una cesárea parapetan a la madre con una protección lateral que estando sentado no te permite ver nada más allá de debajo de sus hombros, su cuerpo parece que no está, es como en los trucos de magia en los que meten a la ayudante en una caja que luego sierran por la mitad o atraviesan con sables y donde lo único que se ve de la mujer es la cabeza y una mano. En esta situación los médicos, hurgan entre la tripa con gesto de esfuerzo y evidentes movimientos bruscos, bastante tiene uno con mirar a los ojos de su mujer no entendiendo como no le puede doler lo que está sucediendo, el milagro se llama epidural y ser madre.

Aunque no quieres mirar lo que sucede, por el rabillo del ojo izquierdo y aunque tu mente se niega a procesar esa visión, ves como salen cosas rojas y largas que se lanzan a los laterales, hasta que el médico saca algo enganchado por el cordón umbilical, ha aparecido de repente, al igual que el conejo de la chistera del mago, un leve llanto y se la llevan corriendo, aquello que estabas esperando tanto ver, apenas lo has visto, hasta dudas que lo que has visto sea real, cuando a los pocos minutos te la traen y te muestran su cara morada para que padre y madre le den un beso, intentas buscar que te diga algo, que un gesto te explique quién es, y cuando ya en la habitación, con apenas minutos, la dejan sobre el pecho de la madre, nada te dice, más que su tranquilidad, que es aquella cosita, que durante ocho meses y medio ha compartido nuestra vida desde el interior de su madre, pero todo me da igual, sea lo que sea, con veinte dedos o con veintiocho, sea un truco de magia o la vida misma, lo que tengo muy claro es que ya no la cambio por nada del mundo.

jueves, 16 de junio de 2011

La línea de la vida



"Y aún la gente pregunta que son los milagros" me decía Josema cuando tomaba por primera vez en brazos a June, y no le faltaba razón, si eliminamos el concepto religioso de la palabra y nos quedamos con la idea de un suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa, nacer es sin un duda un milagro. Se estima que hasta un 50% del total de los óvulos fecundados mueren y se pierden antes de que una mujer se de cuenta de que está embarazada, una vez que se conoce el embarazo todavía hay un 10% de probabilidades de abortar naturalmente, y no contamos que en las mujeres mayores de 35 años los riesgos de abortos espontáneos previos aumentan. No es tan fácil, como podemos creer de primeras, tener un niño, más allá de las decisiones que pueda tener cada uno individualmente, que respeto y comparto todas, no es nada sencillo, las madres que deciden serlo y sufren algún sangrado o la pérdida superados los 3 meses saben lo duro que es este viaje en busca de una nueva vida.

El nuestro no fue fácil tampoco, nuestro objetivo era conseguir llegar a una semana más, ni en meses contábamos, varios sangrados llenaron de miedo muchos días, casi cuatro meses en cama, apenas avanzando unos pasos hacia el baño desde la cama, y del baño a la cama, eran una prisión gustosa que siempre tenía el miedo de la guadaña por barrera. Cuando se pasan más meses no deja de ser difícil, diabetes gestacional, ciática, y un montón de pequeños incordios no hacían mucho más fácil los temblores antes de una eco o de una visita ginecológica. Dentro de la tripa de la madre después de 35 semanas y media el panorama no era mucho mejor, la línea de abajo de la fotografía marcaba las contracciones, la línea de arriba, la de la vida de un ser que había emprendido una carrera y llegar a la meta, una vez más, no podía ser fácil, el futuro bebé apenas se movía enrollada en su interior. La línea de la vida es tan sólo una línea que separa dos abismos enormes, el del sufrimiento y el de de la suprema felicidad, la línea se tensa o se destensa y al final siempre cae de alguno de los dos lados, y lo malo es que sólo hay uno bueno.

miércoles, 15 de junio de 2011

June it's here



Sin llamarla, sin ser esperada tan pronto, sin poder asimilarlo, sin querer pensarlo, June (pronunciado yune) ya está aquí, llegó el 9 de junio a las 15:25, entre el médico que no quería hacer la cesárea y prefería esperar y una matrona obstinada muy preocupada por el poco movimiento de la niña, al final el poder femenino ganó y en buena hora, June había sostenido una dura pelea en su mundo interior materno por intentar colocarse y había conseguido que el cordón umbilical le diese dos vueltas sobre ella, impidiéndole los movimientos y agotándola hasta dejarla casi parada. Al final un médico llamó a su puerta y la sacó de la prisión en que se había convertido su antigua casa, lloró brevemente para mirarnos, a su madre y a mi,  después de unos largos minutos, con dos ojos abiertos y una piel de color rosáceo, es en ese momento cuando dicen que te cambia la vida, no los sé, es muy probable, pero eso poco parece importar cuando algo muy pequeñito te mira con dos grandes ojos negros de cierto toque azulado, y te mira como si ya te conociera, como si ya te hubiera visto, se calma con tu voz y tan sólo de vez en cuando (de momento) lanza un grito de llanto en el que esconde un mensaje cifrado que sólo sabe aliviar su madre.

Intentaré ponerme al día en el blog lo antes posible, en los siguientes post's os iré contando un poco como han sido todas esas sensaciones en estos cinco días de hospitalización, como terapia para descompresión de emociones y después volveremos a la inercia de siempre. Disculpar este pequeño parón, pero os recompensaré, y no olvidéis que junio ya está aquí, y June también.

miércoles, 8 de junio de 2011

Mensaje de moda contradictorio



Pues lo que se dice llevar, llevar,… Tal vez es un mensaje para daltónicos, tal vez lo que han pintado de nuevo es la pared de fondo que antes era negra, tal vez es un rosa tan oscuro que parece negro y un negro tan claro que parece rosa, tal vez es un mensaje del año pasado y ahora ya no se lleva eso, tal vez.
Mensaje en el Casco Viejo de Vitoria-Gasteiz.

martes, 7 de junio de 2011

Dani-el-cumple-años



Daniel cumple hoy cuatro años, en su mirada de niño busca regalos a derecha e izquierda, los abre con la velocidad del trueno y busca el siguiente, sus ojos viajan locos de un lado para otro, su tía Elsa le trae algo muy especial, un pececito de agua dulce en su bola de cristal, un pececito que pasará a ser de agua del grifo, y que cumplirá su condena esperando el rescate de Nemo.


Daniel lo mira, viaja con él en sus paseos y giros acuáticos, se levanta a por otro juguete y al rato vuelve con una sonrisa de niño de las que no tienen precio y exclama con asombro y encanto infantil: "uuunnn peeeezzzzz", a lo que el animal naranja responde con movimientos rápidos como si intentase esconderse.


Cuando los físicos calcularon la fórmula de la velocidad, no lo hicieron, o no la pensaron, cuando un niño abre un regalo, la rapidez con la que destroza el papel, que sin sentido oculta "su tesoro", no es medible, ni por el sensor de velocidad más eficaz; de hecho, es directamente proporcional a la rapidez con que se olvida del mismo, en el momento que se le entrega otro regalo nuevo.


No tiene precio esa mirada infantil, ese corazoncito que late a un montón de pulsaciones por segundo, sabedor de que hoy Daniel el protagonista. Hoy todos vienen a verle, hoy besos y muchas gracias por doquier, hoy sabe que en cuanto lleguen sus amigos se olvidará de tíos, abuelos, padres y de Nemo, hoy es el rey, un rey con cuatro años, pero rey, aunque tenga la obligación de cuidar a un pez.

lunes, 6 de junio de 2011

La ventana ropaca



En esta casa de una calle del centro de Vitoria, hoy no entra el sol, un parapeto de ropa cual seis hombres puestos en pié, tapona la entrada de la luz y el respiradero del salón, las cazadoras tenden de unas pinzas y un jersey tiende a caerse al suelo con las mangas hacia abajo. Si así esta la ventana principal, ¿cómo estará la del patio de luces? Por tender se tiende a todo, aunque sea a costa de no ver en casa.


viernes, 3 de junio de 2011

Lo veo y me meo de risa



En estos baños de un chiringuito de playa de Benalmádena potenciaban el arte con mayúsculas en la "H" hasta en la misma puerta de los servicios, imaginaros lo que supone ir ya con la presión justita para ir al baño después de haber tomado una considerable dosis de cañitas, con esa temperatura tan bien puesta en esa zona, y te encuentras con este dibujo-graffiti urbano en la puerta de los baños. Lo primero que haces es dudar, y dudas por que no llevas ni sombrero, ni corbata y mucho menos, ese bigote que parece un frenazo de bicicleta, por suerte arriba está el dibujo convencional y te quedas más tranquilo, aunque también dudas ya que de "caballero" uno tiene bien poco. Mientras expulsas las cañitas en el interior del baño no puedes por más que reirte de lo que has visto hace unos segundos y estás deseando salir para poder ver la obra de arte en la puerta del baño de las mujeres.


Dicho y hecho, di la vuelta al servicio y me topé con la versión femenina de la obra de arte anterior, y al verla casi me caigo para atrás, de pelo un muelle, vestido de noche con dos melones insinuados y dos mini-brazos que no te dan ni para atarte los cordones, la cara de enfado mayúsculo, y no puede ser para menos, como vayas con un poco de urgencia y veas el dibujo, yo creo que no llegas a entrar en el baño y te meas de risa fuera, es lo que tiene el arte, a veces te hace reir.

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